Superman Volumen 2 Ediciones Zinco número 44

“Mundos Diferentes” (Action Comics 600 Mayo 1988)

Escritor: John Byrne
Artistas: John Byrne (Bocetos) y George Perez (Acabado)
Reseña realizada por Jorge Cuesta

Breve descripción del cómic

La historia y conclusión de la historia titulada “Prisas” que se reseñó por primera vez, tras haberse citado Wonder Woman y Superman y disfrutar de un agradable y breve encuentro, Diana se ve obligada a dirigirse al Olimpo para salvar a Hermes, quien se pone en contacto con ella moribundo para pedirle ayuda. Superman, intrigado por saber qué ha sucedido y tras haber esperado meses a reencontrarse tras los acontecimientos vividos en la saga Millenium, decide seguirla para que juntos puedan averiguar las razones por las que el hogar de los dioses griegos se encuentra en un estado ruinoso pero especialmente para saber quién o quiénes han herido de muerte a la divinidad griega, no percatándose de ello hasta que Superman y Wonder Woman se enfrentan contra los dobles de sí mismos, cuya verdadera identidad no es otra que la de dos fieles sirvientes del soberano absoluto e indiscutible de Apokolips: Darkseid.

Resumen

Dejamos la historia donde la acabamos: el beso que se dan Superman y Wonder Woman. Lo que parecía tratarse de un romance prolongado y pasional se convierte en un encuentro breve y temporal ya que ambos se percatan de que el beso está fuera de lugar.

 

Kal-el se confiesa ante Diana afirmándole que es un novato en este tipo de situaciones, pero eso no ha conllevado en absoluto que no dejara de pensar en ella desde que se viesen en Washington por primera vez (es decir, en la conclusión de los acontecimientos de la macrosaga Legends) y reconociendo a modo de disculpa que ella también habría pensado mucho en él. Wonder Woman le contesta recordándole que no es la primera vez que se excusa con la típica frase “lo siento” porque disculpándose una sola vez habría sido suficiente. Diana expone su versión, reconociendo que mentiría si le dijera que él hubiese estado ausente de sus pensamientos.

 

Es entonces cuando Superman, ilusionado y esperanzado, le pregunta si sus sentimientos hacia ella podrían ser recíprocos. Dubitativa, Wonder Woman no es capaz de contestarle con exactitud y rotundidad ya que le explica que no solo lleva muy poco tiempo en el mundo de los hombres y, por lo tanto, desconoce por completo el significado de muchas de las emociones y de los sentimientos surgidos e intercambiados entre hombres y mujeres, reconociendo una vez más que no podría negar jamás que no pensase en él desde su primer encuentro en la capital de los Estados Unidos, añadiendo que ha hecho todo lo posible por evitar pensar en él. Es entonces cuando Superman le confiesa que soñó con ella además de pensar mucho en ella y afirma con motivo de lo expresado que fue desde aquel preciso instante cuando comenzó a pensar si de verdad todos aquellos pensamientos y en concreto el sueño no eran sino el símbolo o la prueba irrefutable de lo que sentía por la princesa de las amazonas era o no amor. Tras reflexionar ambos sobre lo que de verdad sienten el uno hacia el otro, acaban coincidiendo que aquel encuentro sería su primera cita, la cual comienzan surcando los cielos y continuando reflexionando sobre otras cuestiones que les atañen.

Es entonces cuando Diana se sorprende al ver el rostro de un moribundo y herido mortalmente Hermes dibujándose en las nubes pidiéndole ayuda de inmediato. Wonder Woman, sin pensárselo dos veces, decide acudir en ayuda del dios griego dirigiéndose hacia un pequeño portal dimensional abierto al parecer junto con el mensaje de ayuda y socorro transmitido por su fiel amigo. Superman, ante la posibilidad de no volver a ver a su amiga con derecho a roce (al menos, podríamos entenderlo así porque si no, ¿dónde están sus sentimientos hacia Lois Lane) en mucho tiempo o nunca más ante la dramática situación que se le viene encima a Diana, decide seguirla aventurándose a adentrarse en el portal transdimensional cayendo directamente sobre las ruinas de un lugar que desconoce pero aún así sus dudas no le impiden proseguir en su búsqueda de Wonder Woman. Por su parte, ella se encuentra totalmente desubicada y desorientada preguntándose si se ha dirigido correctamente hacia el Olimpo o hacia otro lugar todavía mucho más inhóspito. Afortunadamente, escucha entre los fríos y oscuros muros del pasadizo que atraviesa la voz de Hermes pidiéndole de inmediato que le libere.

De un simple aunque fuerte golpe de mano, Diana derriba la puerta de la prisión en la que se encuentra Hermes y rápidamente le pregunta qué ha ocurrido y quién le ha dejado en tan lamentable estado. Pese a sus heridas y su debilidad, el dios griego encuentra las fuerzas necesarias para pronunciar el nombre del responsable de la destrucción que ha asolado el hogar de los dioses y ese no es otro que Darkseid quien, desde la sombra como ha acostumbrado a hacer desde siempre y en todas las historias en las que ha aparecido (salvo en la Liga de la Justicia de los New 52 en donde al señor de Apokolips se le retrata como un ser bestial, que solo es capaz de destruir pero que a su vez se enfrenta a todos los miembros de la Liga cual Thanos contra los Vengadores). Junto a su fiel servidor Desaad observan quiénes han llegado a las ruinas del Olimpo lo cual le produce satisfacción y a la vez rabia al descubrir que no son otros que dos de los superhéroes protagonistas en desbaratar sus planes urdidos con la intención de acabar con la reputación y la buena imagen de los Batman, Flash, Capitán Marvel, etc. Es entonces cuando tanto Superman como Wonder Woman creen haberse encontrado el uno con el otro, pero todo formará parte de una treta urdida por Darkseid, tratándose ambos de impostores de lo que se percatan Diana y Kal-el cuando ven con sus propios ojos como por un lado, aquel que se hace pasar por Superman le propina un bofetón a Diana mientras sostiene el cuerpo del moribundo Hermes y, por otro lado, aquella que se hace pasar por Wonder Woman se lanza a los brazos de un Superman sorprendido e incrédulo ante tal reacción amorosa, un comportamiento que se contradice y mucho con la actitud de inseguridad y dudas mostradas en su primer encuentro. De este modo, Darkseid se venga de dos de los responsables en frustrar su maquiavélico plan mientras observa satisfecho como sus parademonios esculpen su imagen dónde antes se erigía el rostro de los dioses. Además, las siguientes dos páginas sirven para ilustrar por qué el soberano de Apokolips necesitaba quitarse de en medio a los dioses de la Tierra quienes surgieron paralelamente con la creación de Nueva Génesis y Apokolips. Consciente de que los habitantes del Olimpo no se encuentran en dicho lugar por haber sido conquistado por Darkseid, éste se muestra convencido de que su asalto a la conquista del universo no se hará esperar mucho.

Sin embargo, Desaad le recuerda qué pasará con Wonder Woman y Superman respondiéndole su señor que su plan pasa a la siguiente fase, en un momento en el que ambos superhéroes descubrirán quien se esconde bajo la falsa identidad de los impostores. Por un lado, la falsa Diana no es otra que la asombrosa Grace (con quien Superman tuvo un falso y montado idilio en una serie de episodios de su serie regular vinculados a la saga Legends) mientras que el falso Clark Kent no era otro que el hijo de Darkseid, Kalibak. Es entonces cuando Superman, por un lado, al saber quién se escondía bajo la identidad de Diana Prince, descubre que el verdadero responsable de la destrucción del Olimpio y el engaño urdido no es otro que Darkseid y, por otro lado, Wonder Woman no solo se da cuenta de que no fue Superman el que le golpeó ni tampoco una criatura del Olimpo. Ambos miembros de la Liga de la Justicia persiguen a sus rivales hasta encontrarse.

 

Inexplicablemente y para satisfacción y alegría del soberano de Apokolips, ambos se enfrentan destruyéndolo todo a su paso hasta acabar desplazándose al lugar en el que se encuentran escondidos tanto Darkseid como su fiel servidor Desaad, dando a conocer que la batalla que ambos habían protagonizado no era más que puro teatro, explicándole todo con detalle para acabar afirmándole Wonder Woman al señor de Apokolips que su plan de conquista del Olimpo no servirá de nada mostrándole que el hogar de los dioses que ha conquistado está completamente deshabitado finalizando su intervención con una cita de Shakespeare: “Has tomado un terreno que no tiene más valor que su nombre”.

Por su parte, Darkseid se resiste a creer que ha conquistado un lugar vacío convenciéndose de que los dioses están allí y siente su presencia, expresando a su vez su más férreo deseo de que una vez los halle los esclavizará. De pronto, un parademonio aparece para informar de que los habitantes del Olimpo no se encuentran allí y el señor de Apokolips decide fulminarlo con sus rayos Omega. Es entonces cuando Wonder Woman le reprocha el que haya asesinado a uno de sus lacayos por la estupidez e inutilidad del plan que ha llevado a cabo. No obstante, resentido y convencido de que no ha hecho nada en vano, tanto Desaad como él escapan en un túnel Boom ya que planean detonar el Olimpo. Superman, angustiado por no encontrar la manera de escapar del lugar ante las numerosas bombas que los parademonios de Darkseid han diseminado por todo el Olimpo, se lamenta ante el trágico destino que le aguarda a la patria de los dioses griegos. Justo en ese momento aparece Hermes para desterrar cualquier preocupación al decirles que no hay razones para huir porque aunque hayan presenciado la explosión no han oído absolutamente nada. Wonder Woman le explica exactamente lo qué ha ocurrido: El Olimpo no ha desaparecido porque es eterno y nada ni nadie será capaz de destruirlo ya que su fin tendrá lugar cuando los dioses así lo deseen.

La historia concluye volviendo Kal-el y Diana a la Tierra, percatándose ambos de que pertenecen a mundos diferentes (una clara e indiscutible ilusión al título de la presente historia) por lo que Superman declara que jamás podrían llegar a ser amantes al ser él un chico de Kansas y ella toda una hija de dioses. Wonder Woman, amistosamente y quitándole hierro al asunto, le responde afirmándole que no habría traba ninguna a que, pese a los avatares en cuanto a sus diversas procedencias, pudieran ser amigos, siempre y cuando él se dirija a ella como Diana a lo que Superman le responde que acepta el trato siempre y cuando y por su parte se produzca la misma situación: ella se dirija a él llamándole Clark.

Opinión

La continuación de la historia que descubrí con temprana edad y que no llegó a mis manos hasta mediados del mes de junio del 2013, cuando la leí en un recopilatorio realizado por el periódico El Mundo cuando sacó una colección de cómics destinado una serie de volúmenes o tomos a lanzar los más destacados números o momentos en las vidas de los personajes en cuestión. Sin duda alguna, el recuerdo de mi más tierna infancia y en concreto leyendo u observando las ilustraciones de semejantes obras de arte habría propiciado la aparición de una mayor y más tierna melancolía si lo hubiese tenido mucho antes para así poder comprobar que el sujeto responsable del ataque y destrucción del Olimpo y aquel que ejercería como antagonista frente a lo que es la pareja de moda en los New 52 (es decir, y es evidente, Superman y Wonder Woman) no era otro que el enemigo por antonomasia de una serie de dibujos animados que todos, más pequeños o un poco más grandecitos, habremos visto en nuestros televisores (en mi caso, en la desaparecida Canal Nou y en Valenciano) y conocida como los “Super Amigos” que, a fin de cuentas y personalmente, representó mi primer acercamiento a los superhéroes y personajes más famosos de la editorial DC Comics, además del cómic que ya reseñé anteriormente y por primera vez para este magnífico blog y que por supuesto la primera ocasión en la que vi reunidos en un mismo comic (aunque no coincidentes entre sí) a Superman, Wonder Woman y Batman.

El cómic en sí, la primera vez que lo leí, me gustó mucho ya que fue una grata y agradable sorpresa encontrarme con que los dos superhéroes que en mi opinión forman la pareja más romántica de DC Comics (lo siento por lo que le toca a Lois Lane, pero prefiero mucho más a la amazona que a la intrépida reportera) se enfrentaran nada más y nada menos que a Darkseid, el mejor villano al que Superman y Wonder Woman pueden enfrentarse uniendo sus fuerzas y haciendo frente a las adversidades y pese a que el encuentro es breve y no luchan entre sí como hayamos podido ver o en el Origen de la Liga de la Justicia de los New 52 o en otra popular saga que bien merece una reseña como es Batman/Superman: Apocalipsis sino que se produce todo un intercambio ideológico en el que el único que es capaz que recurrir a la violencia para justificar sus acciones y argumentos es el señor de Apokolips, demostrando tanto Superman y Wonder Woman que son superiores y mejores a su adversario al no solo engañarle para hacerle creer que se enfrentan entre sí alegrándose por otro lado Darkseid al ver consumada su venganza porque estos fueran dos de los muchos héroes que fustraran su malvado plan por derribar la imagen positiva, tal como pudo contemplarse en las páginas de Legends. La pareja de los New 52 no llegan en este episodio a recurrir a la fuerza para enfrentarse a su enemigo y éste mismo al verse acorralado y superado por ambos.

Un episodio que como el anterior pueden disfrutarse conjuntamente en la última entrega publicada por ECC Ediciones que reúne las historias realizadas por los más importantes autores de Superman en las últimas tres o cuatro décadas, habiendo recurrido los responsables de tal magnífica y positiva iniciativa para los lectores y amantes de Superman y en definitiva de todo lo que forma parte del Universo DC de una parte de la portada con la que Action Comics y más tarde en España la desaparecida y entrañable Ediciones Zinco anticiparían de forma engañosa lo que tendría lugar en el episodio: un romance de escasas páginas y frustrado por el violento y devastador ataque de Darkseid al Olimpo. Soy de los que siempre recomiendan hacerse con un cómic u otro en concreto en su primera versión o edición siempre y cuando las tiendas especializadas lo permitan o les quede entre sus estanterías o cajones clasificados debidamente. Pero sí no es así (que no fue mi caso, porque ambos cómics reseñados los conservo y cuido de forma delicada y con mucho cariño por lo que significan para mí) es de lectura obligada para los nostálgicos y adictos a los grandes maestros del dibujo de las últimas cuatro décadas del pasado siglo haceros con el último número sobre los autores que han contribuido a hacer de Superman lo que es y ha sido durante mucho tiempo, una imagen muy alejada sin duda de la nueva versión proporcionada por el fenómeno de los New 52. Ahora que estamos en Navidad, no dudéis en haceros con el tomo recopilatorio si no podéis conseguir los números 43 y, en relación a la reseña realizada, el presente número comentado y analizado, publicados por Ediciones Zinco.

Todo un romance que será una pena que no podamos ver en la esperada y ansiada Batman V Superman: Dawn of Justice ya que todo parece indicar que las apariciones de Diana Prince y de su alter ego “Wonder Woman” serán breves y contadas con los dedos de una mano, pero como fiel seguidor del Hombre de Acero, de la princesa de las amazonas y del universo DC en general, espero y deseo que todo esto que he leído en muchos cómics podamos ver en la esperada adaptación cinematográfica un adelanto o pequeños flirteos entre ambos, aunque sean las famosas “miraditas” entre ambos. Lo siento mucho por Lois.

Jorge Cuesta

 

Por Miss Lane

Diseñé miles de inventos revolucionarios que me habrían convertido en la mujer más rica del mundo… pero los guardé en Megaupload. Ahora dirijo esto a tiempo completo.

Un comentario en «[Retro reseñas] Superman Volumen 2 Ediciones Zinco número 44»

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