Justice League #8

«Estallido» – Parte Uno

Guión: Bryan Hitch. Lápices: Neil Edwards. Tintas: Daniel Henriques. Portada: Fernando Pasaain, Matt Ryan y Brad Anderson. Portada alternativa: Yannick Paquette & Nathan Fairbairn

Alguien ha hackeado los ordenadores de la Liga de la Justicia, haciendo que las armas de la Batcueva y los sistemas de seguridad se vuelvan en contra del Caballero Oscuro y que la Atalaya caiga en picada contra la Tierra, con Cyborg atrapado a bordo.

Resumen

En la Atalaya, flotando a miles de kilómetros de la superficie de la Tierra, Cyborg observa apenadamente las noticias, donde se muestran las imágenes del funeral de Diane Palmer, la única persona que murió en todo el mundo a causa del ataque de los Similares.
Mientras tanto dentro de Batcueva, Alfred y Bruce ponen en marcha una nueva actualización para todos los vehículos, destinada a ponerlos en funcionamiento de manera autónoma en caso de que el lugar fuera visitado por personas no deseadas. De repente en el espacio Cyborg se lleva una sorpresa cuando un código desconocido y se actitud maliciosa se infiltra en su red. Al mismo saltan las alarmas en la Batcueva, alertando a sus ocupantes que el sistema operativo del lugar estaba siendo hackeado.

Inesperadamente todos los vehículos del arsenal de Batman entran en modo autómata e inician un feroz ataque contra Bruce y Alfred. Bruce, esquivando ágilmente los misiles de sus vehículos, trata desactivar las maquinas con un código de voz pero su esfuerzo resulta ser en vano.

Entretanto el código malicioso toma el control de Cyborg y lo obliga a caminar hasta una escotilla para hacerlo saltar al espacio. Una vez en el exterior, Victor ve como la estación espacial comienza a desplomarse contra la Tierra por lo que, una vez que recupera la movilidad de su cuerpo, se lanza en picada detrás de la Atalaya mientras reescribe los códigos de sus sistemas para generar un tubo boom.

Mientras que Bruce y Alfred continúan sorteando los sistemas de defensa de la cueva, incluido el gigantesco tiranosaurio mecánico, en Denver los hijos de Diane Palmer hacen un esfuerzo por adaptarse a la vida sin su madre, con el padre de ellos encerrado solo en el garaje.

Eventualmente Cyborg abre un enorme tubo boom en San Francisco y devuelve la Atalaya al espacio, pero por desgracia se da cuenta que aquella acción le permitió al código malicioso tener acceso a la tecnología de los tubos Boom. Una vez que Victor cae bruscamente a la tierra, sus compañeros de La Liga de la Justicia aparecen por medio de varios tubos boom creyendo que él los había convocado de urgencia.

En Gotham, Bruce y Alfred consiguen acceder a uno de los vehículos y extraen del sistema el código de hackeo, pero inesperadamente uno de los misiles del Batmóvil golpea unas de las paredes de la cueva, lo cual provoca un derrumbe justo encima de Bruce.

En San Francisco, Cyborg pierde nuevamente el control y ataca a Simon; a pesar de que Wonder Woman lo detiene, él transmite accidentalmente el virus al anillo del Green Lantern, lo cual causa que éste cree varios entes para acabar con los héroes allí presentes.

Opinión

Estamos de nuevo en el comienzo de un nuevo arco. Liga de la Justicia ha sido un paseo rocoso hasta el momento, por lo que me me puse a leer este número agradecida por el nuevo comienzo, y con la esperanza de que Hitch podría por fin cambiar las cosas y parecer el muy capaz escritor que llegué a apreciar con JLA.

Es demasiado fácil dejar que el hedor en este título afecte mi percepción de cada número. Mi reacción directa a algunos problemas estructurales familiares fue anotar esto incluso más bajo que lo que encontrarás a continuación, pero después de otro viaje, encontré que Justice League # 8 reduce algunos de mis fastidios más grandes, incluso si introduce (o acentua) a los demás. Así que mientras Cyborg continúa contándonos todo lo que necesitamos saber hablando consigo mismo, nos ahorramos cualquier monólogo interno una vez que llegamos a la Batcueva. Incluso el diálogo de Bruce no es lo que yo consideraría perfecto, Hitch, sin embargo, hace un buen giro al dejar que la interacción de personajes exponga los detalles de la exposición (y escribe un respetable Alfred, para arrancar).

Desafortunadamente, el arte probablemente ha alcanzado un nuevo punto bajo. Edwards lo hace bien en algunos de sus diseños, y lo suficientemente bien en el resto de ellos, pero las dificultades técnicas hacen del apartado artístico un punto frecuente de disgusto. Jesús Merino, que ha dibujado algunos números de esta serie hasta el momento, puede producir alguna anatomía que distrae, pero su estilo es menos un intento de realismo que lo que vemos aquí. Debido a que Edwards busca algo más familiar, sus fracasos para reproducirlo son más obvios y, en consecuencia, distractores. Los colores exageran esta distracción, porque ellos -como las líneas- apuntan al realismo.

Cyborg es, potencialmente, un gran personaje. Me gusta mucho, y cada vez que él tiene un nuevo cómic, me agrada, esperando que sea algo fresco y digno de su potencial. Y cada vez, estoy más decepcionada. Entonces, ¿dónde se equivocan todos?

Según como yo lo veo el problema es que todo el mundo piensa que debido a que el «super poder» de Victor es tecnológico, entonces las amenazas que enfrenta también deben ser tecnológicas. Para todas las historias que han explorado la deshumanización de Cyborg, son los escritores y editores de sus cómics los que son los más culpables, porque él siempre está relacionado con elementos tecnológicos.

Sin contar el arco de dos partes «Estado del Miedo», que le dio muy poco tiempo en escena, la Liga de Justicia de Hitch ha utilizado hasta ahora a Víctor en su forma típica. Si la amenaza es tecnológica, Víctor es el que trata con ella. Si no es así, su papel disminuye considerablemente.

Una objeción potencial: Hitch le da mucho que decir a Victor. Pero las cosas que Hitch le hace decir a Víctor son casi siempre declaraciones informativas sin adornos, que no se las dice a nadie más que a sí mismo. Básicamente la información que recibe de una aplicación: «archivo cargado», «pérdida de conexión», «amenaza detectada». Hitch no sólo le da Cyborg tareas de un ordenador, sino también su personalidad.

Este número tiene la ventaja de arrancar un nuevo arco. Hay un nuevo misterio y nuevos peligros. Pero los problemas que han plagado a la Liga de la Justicia todavía están aquí, y parece que se están más pronunciados cuanto más tiempo nos vemos obligados a soportarlos.

Un número mejor que su predecesor inmediato, Liga de la Justicia #8, sin embargo, está plagado de los mismos agujeros. Las opciones de Batman y de un Cyborg inhumano son elementos particularmente problemáticos y la decisión de ir con otro enemigo misterioso y anónimo no es la mejor idea después de que los dos primeros arcos se apoyaran parcial o totalmente en el mismo dispositivo. Edwards produce algunas viñetas decentes y diseños a veces, pero a menudo pierde su marca y genera más distracción. Aunque no es el lío absoluto que vimos hace dos semanas, la Liga de la Justicia #8 no ofrece ninguna esperanza u optimismo sobre lo que viene a continuación. Mi consejo es dejarlo en la estantería ya que no merece la pena.

Por cierto, no es que se me haya olvidado hablar de nuestro querido Superman. Es que ni está, ni se le espera. Los dueños absolutos de este número son Batman (como no) y Cyborg. Los demás miembros de la Liga aparecen al final sin pena ni gloria.